El viernes 23 de mayo tuvo lugar en Sant Cugat del Vallès la última reunión de este curso del Consejo de la Plataforma Apostólica (PA) de Cataluña de la Compañía de Jesús. Este Consejo, convocado por el delegado de la PA, está formado por unas treinta personas, directores/as y responsables de diversos centros, organizaciones y actividades vinculadas a los Jesuitas de Cataluña, así como los superiores de las comunidades.
El encuentro giró en torno a la temática propuesta para este curso: las comunidades de misión, es decir, aquellos espacios y experiencias que permiten cultivar la identidad y la pertenencia y que se desarrollan en el marco de las instituciones o de forma intersectorial, sumando personas de entidades y sectores diversos.
De hecho, durante la mañana del viernes, y para profundizar en las posibilidades que se abren en torno a esta cuestión, se presentaron diversas experiencias de comunidades de misión. Roger Torres, superior de los jesuitas de Lleida, habló de Misión Lleida, una iniciativa con un marcado acento territorial, que agrupa a personas vinculadas a las distintas iniciativas a través de las cuales se presenta la misión de la Compañía de Jesús en la ciudad y entorno de Lleida. Por su parte, Xavier Casanovas, de la Cátedra de Ética y Pensamiento Cristiano del IQS, compartió una experiencia con un carácter más institucional: la Comunidad IQS, que convoca diversos encuentros al año con la participación de entre 30 y 40 miembros del profesorado y personal de este centro universitario.
Además de estas comunidades que ya existen dentro del ámbito de la PA Cataluña, también se contó con la aportación de Araceli de los Ríos, que desde Córdoba hizo una exposición sobre dos realidades que ya cuentan con un recorrido importante y pueden ayudar a iluminar posibilidades: la comunidad de misión de la Universidad Loyola de Andalucía, y la comunidad de misión de Córdoba, que tiene un carácter más territorial e intersectorial.
Estas experiencias pusieron de relieve que ya se ha realizado un trabajo importante, que indica posibles metodologías y maneras de funcionar. Se identifican las dificultades, pero también las muchas oportunidades, frutos y agradecimiento que brinda esta vivencia comunitaria de la misión, que enlaza plenamente con la construcción de una Iglesia más sinodal. A lo largo del diálogo se habló de la necesidad de crear espacios inclusivos, abiertos a la diversidad personal e institucional, que puedan concretarse en propuestas concretas y sencillas.