Santuario Cova Sant Ignasi de Manresa

La Cueva de San Ignacio de Manresa es un lugar ignaciano por excelencia y referente universal del mundo jesuítico.

El lugar de oración de Ignacio de Loyola durante su estancia en Manresa fue la Cueva. Se trata de una cueva sobre el rio Cardener excavada en la roca por la fuerza del viento y la lluvia. Sobre la Cueva, la Iglesia se edifició en 1759. El complejo actual está formado, por un lado, por el Santuario de la Cueva, y por otro, por el Centro Internacional de Espiritualidad Ignaciana. Todo el conjunto monumental es una buena muestra de la arquitectura jesuítica, y sobretodo, el arte barroco catalán, de estilo barroco.

El Centro Internacional de Espiritualidad es un centro que ofrece ejercicios de contemplación, interioridad, silencio y espiritualidad. Es un espacio privilegiado para la práctica de los ejercicios espirituales, y reune todas las condiciones necesarias para retirarse y pasar unos días de oración. Ofrece también una amplia y variada programación de ejercicios en sus diversas modalidades, así como una extensa programación de actividades de formación y espiritualidad.

El Santuario ha sido recientemente reformado con la instalación de los mosaicos del artista jesuita Marko Rupnik. Podréis visitar también el espacio de acogia y la antecueva, con la puerta de 1625 por la que se entraba a la Coveta hasta 1900, el arrimadero de mármol de 1900 que cubría buena parte de la roca, o los medallones con relieve de alabastro de Josep Sunyer. De esta manera accederéis a la Coveta, el espacio ignaciano por excelencia. En el siglo XVII se ornamentó con un retablo de alabastro de Joan Grau que muestra la figura del Santo escribiendo los Ejercicios Espirituales en Manresa.