Crecer de otra manera

El pasado 6 de abril tuvo lugar en la parroquia de Sant Pere i Sant Pau del Prat de Llobregat el segundo encuentro de la red de Ecoparroquias, un proyecto impulsado desde el año 2016, coordinado por Justícia i Pau, con el objetivo de promover, en ámbitos cristianos, el modelo de persona y de sociedad justa, solidaria y respetuosa con la naturaleza que reclama la encíclica Laudato Si.

Unas cuarenta personas, representantes de las parroquias que forman parte de la red, se encontraron para reflexionar sobre cómo avanzar desde el ámbito parroquial hacia la conversión ecológica integral.

En ella participó el jesuita Joan Carrera, licenciado en Medicina y doctor en Teología que ofreció la ponencia Crecer de otra forma, donde planteó la necesidad de dejar atrás el paradigma del crecimiento ilimitado del capitalismo imperante, que centra el crecimiento en la producción y el consumo, buscando otros modelos de crecimiento personal y comunitarios basados en los aspectos relacionales y el bien común.

Joan Carrera, que ya ha tratado esta cuestión en diversas charlas y publicaciones, explicó cómo la idea del constante crecimiento económico, sobre la que funciona el sistema socioeconómico, se corresponde con una serie de valores y formas de vida que se erigen sobre los más desfavorecidos. “Este constante crecimiento ha sido posibilitado por el llamado hiperconsumo, que ha abocado a los individuos a consumir, cada vez más, bienes superfluos”, explica.

El cambio climático y el aumento de las desigualdades hacen que, a finales del siglo XX empiecen a aparecer movimientos que hablan de decrecimiento, reducir la producción y el consumo, y vivir de otra manera. Carrera explicó cómo estos movimientos critican el exacerbado individualismo, la pérdida de capacidad de discernimiento frente a las ofertas del mercado, la destrucción de todo lo colectivo,... y frente a ello apuestan por una sociedad más austera, por recuperar los bienes comunes, o por valorizar la economía local, entre otras cosas. Estas ideas encuentran referentes e inspiración en algunos modelos de países del Sur, con economías tradicionales más inclusivas, comunitarias y respetuosas con el medio ambiente.

A partir de aquí, el ponente se preguntó cuál puede ser la aportación de las tradiciones religiosas, y en particular el cristianismo, a esta conversión. "La doctrina social de la Iglesia va en la línea de crear una economía social al servicio de las personas y del bien común", explica Carrera. "La centralidad del pobre, del marginado, de las periferias, puede ayudarnos a colocarnos desde una mirada diferente", asegura.

Sin embargo, lamenta que la comunidad cristiana a menudo ha estado poco implicada en estos nuevos movimientos sociales, porque se ha tenido miedo a cambios profundos, y también a ponerse al lado de movimientos que a menudo en Occidente criticaban a la iglesia. Por su parte, considera que algunos de estos movimientos tampoco se han dado cuenta del potencial transformador del cristianismo y de las demás tradiciones religiosas.

Precisamente la Laudato Si, citada por Carrera a lo largo de la charla, pone de relieve que la propuesta del cristianismo se acerca a los movimientos del decrecimiento, ya que comparten una felicidad más relacional y no materialista. En la Laudato Si, aunque no entra en el debate del decrecimiento, el Papa Francisco hace una crítica al modelo de desarrollo actual y al sistema económico capitalista, y afirma que un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso.

Si estáis interesados en profundizar sobre esta cuestión, Joan Carrera habla de ello en los cuadernos Vivir con menos para vivir mejor. Superar la ideología del crecimiento ilimitado, publicado en junio de 2019 por Cristianisme i Justícia; y Recuperar los bienes comunes, reivindicar el buen vivir, de 2022, también en Cristianisme i Justícia, y escrito conjuntamente con David Murillo Bonvehí. 

Para saber más sobre las ecoparroquias podéis visitar la web de este proyecto.

Imagen: Justícia i Pau