"Las heridas son demandas de respuesta y acompañamiento"

El centro de estudios Cristianisme i Justícia ha celebrado el acto de inauguración de curso 2021-22 este jueves 7 de octubre, con el filósofo Josep M. Esquirol, que ha sido invitado este año a pronunciar la conferencia inaugural. Coincidiendo con el 500 aniversario de la herida y la conversión de Ignacio de Loyola, el centro ha querido dedicar la sesión inaugural a hablar de la herida que nos constituye.

Ha abierto el acto el nuevo director del centro, el jesuita José Ignacio García, que ha asumido el cargo hace un mes. Ha querido destacar que es un acto tras el que hay mucho trabajo, pero también mucha ilusión porque marca un inicio de la reflexión y el intercambio, en la búsqueda de una palabra, una idea o un testigo que lleguen oportunamente a nuestra vida, y que nos toquen el corazón.

En su intervención, Josep M. Esquirol ha reivindicado la herida como lo que determina lo que es humano. Si Nietzsche ve en el poder de la promesa la revelación de lo humano, porque pretende dominar la incertidumbre absoluta del futuro, Josep M. Esquirol va un poco más allá y se pregunta de dónde surge esta promesa: "¿qué le pasa a quien promete? ". "El poder de la promesa no surge de la nada, sino que es una respuesta", afirma, "porqué quien promete lo hace porque está afectado, conmovido, herido".

Lo más profundo de lo humano, es entonces para el filósofo, la capacidad de afectación: "somos seres verdaderamente afectables, vulnerables, sensibles o heribles, con la posibilidad de ser conmovidos".

A la hora de definir qué es lo que nos conmueve, Josep M. Esquirol traza una herida con cuatro brechas: la vida, que tiene que ver con la calidez y la dulzura; la muerte; el tú, que tiene que ver con el amor; y el mundo, que nos desborda con su inmensidad. "Nuestras conmociones o heridas no piden ser suturadas sino acompañadas, porque las heridas son demandas de respuesta y acompañamiento". El ponente se pregunta qué hacemos cuando hacemos algo bueno. Según él, respondemos a nuestras conmociones, seguimos el movimiento que ha provocado en nosotros la herida.

A partir de aquí, ha querido terminar su intervención con una reflexión sobre la esperanza: "hay fundamento para la esperanza, porque aunque la brecha abierta por la finitud y la muerte es profundísima, la brecha abierta por la vida y el tú es todavía algo más profunda".

Justamente uno de los ejes en la programación de este año de Cristianisme i Justícia serán las experiencias de herida y transformación, en el marco del 500 aniversario de la conversión de Ignacio de Loyola. Por eso el acto ha contado con la lectura de unas palabras de la autobiografía del santo, que recuerdan como después de la herida que sufrió en Pamplona, ​​encontró la fuerza interior para encarar su transformación personal.

"No queremos hacer de Ignacio un mito ni convertirlo en el paradigma de las conversiones", dijo José Ignacio García, "pero es evidente que hay vidas que tienen gran impacto". "Queremos destacar el valor de la conversión, entendida como un giro vital, el inicio de un camino de transformación que nos acerca a realidades de sufrimiento y de exclusión".

Sonia Herrera, Manu Andueza y Laura Rius, representando las tres áreas del centro: social, teológica y espiritual explicaron algunas de las líneas de trabajo y actividades. "En el área social somos especialistas en análisis de heridas del mundo", dijo Herrera. Explicó que el área social reflexionará sobre temas relacionados con la economía y la política, pero también el feminismo o la crisis ecológica, y como poner los cuidados en el centro. El área teológica, explicó Manu Andueza, seguirá analizando qué nos aporta hoy la teología para aprender a vivir mejor. Y en el área de espiritualidad hay varias actividades vinculadas al 500 aniversario de la conversión de Ignacio. Destaca la participación en el Simposio Internacional sobre los Ejercicios Espirituales que se hará en Manresa en junio de 2022.

Al cerrar el acto, el director del centro, José Ignacio García ha agradecido el trabajo del voluntariado de Cristianismo y Justicia, que hace posible todo el trabajo de reflexión, publicaciones, formación o actos públicos.