La socióloga Mar Griera fue la encargada este lunes 13 de octubre de pronunciar la lección inaugural de curso en el centro de estudios Cristianisme i Justícia. Con el salón de actos lleno, la catedrática de la UAB y directora del grupo de investigación ISOR ofreció una cuidada mirada sociológica sobre la búsqueda de sentido y los elementos que intervienen, en nuestro contexto, en las formas en que se articula la creencia.
El acto lo abrió el director de Cristianisme i Justícia, el jesuita José Ignacio García, quien recordó que «buscar a Dios en medio de la historia es precisamente la razón de ser de nuestro centro». Y es que ante el genocidio en Gaza y tantas otras cuestiones que nos preocupan, dijo, «nos toca hablar de Dios, porque el riesgo no es solo creer en un Dios falso, sino también creer falsamente en Dios».
El coordinador académico del centro, Pau Cuadern, presentó a la ponente, que agradeció la invitación, poniendo de relieve el papel de Cristianisme i Justícia como núcleo de pensamiento y espacio privilegiado para la reflexión sobre el hecho religioso.
Situando su ponencia en la sociología y, por tanto, en el estudio empírico, Mar Griera comenzó su intervención recordando que se nos dijo que nuestro mundo se encaminaba directamente hacia la secularización y la desaparición de la religión. Pero la secularización solo se ha hecho evidente en regiones concretas del mundo occidental. Es una excepcionalidad, decía, y, en cambio, «el mundo contemporáneo sigue siendo tanto o más religioso que tiempo atrás». Ahora bien, a diferencia de un mundo en el que la religión venía dada, hoy nos vemos obligados a elegir si creemos o no creemos.
A pesar de la secularización, un 46% de la población de Cataluña se identifica como católica. A partir de aquí, los datos sociológicos presentan un panorama complejo, lleno de matices e incluso de paradojas, que obligan a ir más allá de un relato lineal o binario. En un contexto marcado por la ruptura de la transmisión generacional, la desritualización de la sociedad, la crisis reputacional de la Iglesia o las nuevas aproximaciones a lo sagrado, vemos como la escala de grises de la creencia y la no creencia se amplía considerablemente.
Todo ello dibuja un escenario marcado por un desdoblamiento: se separa la religión como identidad cultural y la religión como experiencia de trascendencia, de tal manera que, a diferencia de hace unas décadas, la búsqueda de trascendencia y de identidad ya no van siempre juntas. Hay personas que buscan la espiritualidad fuera de la institución, mientras que hay creyentes identitarios, que se declaran religiosos sin una búsqueda de espiritualidad.
La ponente identificó algunos de los factores que intervienen en este cambio en la manera de creer. Por un lado, la globalización cultural y la democratización en el acceso a los bienes espirituales, que, como contrapartida, provoca la descontextualización y banalización de las propuestas espirituales; o la aceleración, que ha desarticulado el tiempo religioso y ha contribuido a generar vínculos efímeros y discontinuos.
Uno de los elementos que ha incidido, también, es el capitalismo, que ha pasado a regular nuestras emociones y ha promovido la obligación de reproducir utopías emocionales, a la vez que ha modelado la manera en que entendemos y expresamos lo que sentimos, con un ejercicio permanente del yo y del cuerpo como validación de cualquier experiencia. En definitiva, el deseo de sentido se privatiza, se mercantiliza y se corporaliza.
Para Griera, en esta búsqueda del deseo de sentido topamos con una saturación de proveedores, una oferta que pasa por el mercado sin que tengamos ninguna jerarquía de validez. Ante ello, ofrecía dos pistas para pensar la búsqueda de sentido hoy. Por un lado, citando al filósofo Hartmut Rosa, apuntaba el concepto de resonancia -opuesto a la alienación-, que nos habla de dejarnos interpelar por el mundo. En segundo lugar, mencionaba la importancia de repensar una nostalgia que sea reflexiva, crítica y creativa, tal como propone Svetlana Boym.
La ponente acabó expresando interrogantes y retos que quedan abiertos a partir de la reflexión compartida. Señaló el reto de evitar la banalización y construir espacios de interioridad espiritual en un mundo tan saturado y fragmentado y, sobre todo, se preguntaba cómo conectar esta inquietud de búsqueda con un relato colectivo, público y político que no sea solo autorreferencial y narcisista, sino que sea emancipador y abra un horizonte de justicia social.
La ponencia de Mar Griera ha sido el punto de partida del curso que Cristianisme i Justícia ofrece durante los meses de octubre y noviembre, con el título ¿Què significa creer hoy? y con expertos como Pedro Castelao, Estrella Moreno, Pau Matheu o Dani Izuzquiza, que abordarán la cuestión desde la antropología, la pastoral, el testimonio personal o la acción social. Se cerrará con una mesa redonda con diversas experiencias.