Xavier Melloni inicia un proyecto de vida contemplativa cerca de Manresa

El jesuita Xavier Melloni ha iniciado un proyecto de vida contemplativa compartida en una masía próxima a Manresa, fruto de un proceso de discernimiento con el Provincial de  la Compañía de Jesús en España y con el consentimiento del P. General. La propuesta, pensada especialmente para el último tercio de la vida y en contacto directo con la naturaleza, se desarrolla en Bacardit de Llumás, a unos 25 km de la Cova de Sant Ignasi, en un entorno de bosque y parcelas de cultivo arrendadas.

La iniciativa nace como extensión de ‘Camino de Contemplación’, un itinerario orante surgido en el Centro de Espiritualidad de la Cova de Sant Ignasi y alimentado durante los últimos quince años por grupos que siguen la práctica meditativa de Franz Jalics. Sobre ese humus se formula el nombre del proyecto (y de la futura fundación): “Poblado(s) Contemplativo(s) Cosmoteándrico(s)”. Traducido a un lenguaje sencillo:

● Poblado: no se crea una nueva comunidad religiosa ad hoc, sino un modo de vivir que, por sí mismo, genera comunidad. Cada persona se incorpora con un compromiso personal y por el tiempo que desee, con entradas y estancias que pueden ser estables o temporales.

● Contemplativo: el corazón del día es la oración silenciosa. Se propone tres horas de meditación diarias (una antes de cada comida) y el cuidado del silencio en las comidas y en el trabajo compartido. Es una rutina sencilla para centrar la vida y escuchar.

● Cosmoteándrico: el proyecto es cristiano en su inspiración, pero quiere expresar de forma comprensible hoy la relación integrada entre la creación (cosmos), Dios (theos) y la persona (andros), una intuición que Raimon Panikkar resumía con ese término. Dicho de otro modo: cuidar la tierra, abrirse a Dios y tejer vínculos humanos forman parte de la misma búsqueda.

El plural de “poblados” no es casual: desde el inicio se contempla que puedan nacer otros asentamientos en España y en Latinoamérica, apoyados en los grupos de meditación ya existentes. La propuesta se piensa como una red discreta y sencilla, en clave de cuidado de la creación, oración y hospitalidad.

En el plano comunitario, Xavier Melloni sigue adscrito a la comunidad jesuita de Manresa y depende de su superior. Desde comienzos de noviembre reside en la masía con un pequeño grupo que está acondicionando el lugar, concretando el ritmo de vida y perfilando quiénes y cómo podrían ser los primeros residentes estables a partir del verano de 2026.

El proyecto que inicia Melloni se sostendrá mediante una fundación en proceso de constitución que tendrá el usufructo de la finca gracias a la cesión de una benefactora que la ha adquirido con este fin. La idea es asegurar un marco estable y transparente para la vida cotidiana, el mantenimiento del lugar y la acogida de personas.

En continuidad con la tradición ignaciana de “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, este paso quiere complementar otras presencias con un ámbito de hondura para quienes desean rezar, discernir y reconciliarse con la creación desde una vida sencilla.