NOTA DE PREMSA: RD Congo, més sang i esgotament per als desplaçats interns a Masisi

El Servei Jesuïta als Refugiats (JRS) creu que alertar sobre el conflicte oblidat a Masisi i garantir la protecció de la població local han de ser prioritats urgents per a la comunitat internacional, les autoritats congoleses, la Missió de Manteniment de la Pau de l'ONU al Congo (MONUSCO) i els actors polítics de la regió dels Grans Llacs.

Més informació a la nota de premsa adjunta.

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RECULL DE PREMSA: Entrevista a Peter Balleis (El País)

Entrevista al jesuïta i actual director del Servei Jesuïta als Refugiats, Peter Balleis, publicada a la contraportada del diari El País el passat 29 de novembre de 2012.

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NOTA DE PREMSA: Detener el conflicto olvidado de Masisi, República Democrática del Congo

A menos que las fuerzas de mantenimiento de la paz (MONUSCO) y el ejército congoleño intervengan urgentemente para proteger a la población civil, se perderán más vidas inocentes

Masisi (Kivu Norte), Roma, 14 de noviembre de 2012 - Desde el pasado mes de agosto, las comunidades que viven en el distrito de Masisi en el este de la República Democrática del Congo (RDC) han sido desplazadas diariamente y al menos ha habido 18 muertos por represalias de los grupos opositores rebeldes. A menos que las fuerzas de mantenimiento de la paz (MONUSCO) y el ejército congoleño intervengan urgentemente para proteger a la población civil, se perderán más vidas inocentes.
 
Durante los últimos seis meses, las fuerzas de la MONUSCO han estado apoyando al ejército congoleño para acabar con los rebeldes del Movimiento 23 de marzo (M23) en el vecino distrito de Rutshuru. Al centrar su respuesta a la amenaza a la seguridad que provocaban los insurgentes del M23, el ejército congoleño dejó varias áreas del distrito de Masisi sin protección, lo que dio libertad de movimiento a otros grupos rebeldes, algunos de ellos aliados del M23.
 
Durante este período, más de 320.000 personas se han visto desplazadas a la fuerza en el Norte de Kivu. Aunque la mayoría son resultado del conflicto entre el gobierno y las fuerzas del M23 en Rutshuru, muchos han sido desplazados por la violencia en Masisi. 
 
"Esto ha causado una falta injustificada de la protección de la población en el distrito de Masisi. Si bien es evidente que los civiles atacados por el M23 sean protegidos, no se debe permitir que esto ocurra a costa de vidas inocentes - en su mayoría mujeres y niños - en otras partes de la región. La población se siente abandonada por las fuerzas de la MONUSCO, que no ha cumplido con su mandato", dijo un miembro del personal del JRS en Masisi.
 
El Servicio Jesuita a Refugiados en Masisi ha sido testigo de primera mano de las consecuencias de la alarmante intensificación de la violencia entre los grupos rebeldes de las comunidades Hunde y Hutu, así como entre otros grupos armados que actúan en la zona. Aparte de las consecuencias inmediatas de la violencia, los ataques dejan muchos grupos - mujeres, niños, personas mayores, personas con discapacidad y problemas de salud - en circunstancias especialmente vulnerables, sin la ayuda de las agencias de ayuda ni el apoyo de los miembros de la comunidad.
 
En la actualidad, reina el miedo entre las comunidades hutu y hunde en Masisi. La comunidad internacional debe prestar urgentemente mayor atención y responder a las peticiones de seguridad y ayuda humanitaria y obligar a las autoridades políticas, civiles y militares congoleñas a que garanticen la protección de estas poblaciones. De lo contrario las milicias, responsables de la matanza de inocentes niños, mujeres y hombres, seguirán actuando a su antojo.
 
Acontecimientos recientes
• Entre el 27 y el 29 de septiembre de 2012, varios pueblos hunde en los distritos de Loashi y Shoá fueron incendiados por los miembros de Nyatura, un grupo de milicianos hutu.
• El 30 de septiembre, un motociclista hunde fue asesinado en Loashi, presuntamente a manos de una milicia hutu.
• El 30 de septiembre, a pesar de las fuertes lluvias y la presencia de una base de MONUSCO a menos de un kilómetro de distancia, los miembros de la comunidad hunde quemaron varias cabañas en el campamento de desplazados de Kilimani, obligando a muchos residentes, en su mayoría hutus, a buscar seguridad en otros campamentos o con sus familiares. A pesar de que la mayoría de las personas en Masisi eran conscientes del alto riesgo de un ataque, la MONUSCO no hizo planes para prevenir la violencia y proteger a los desplazados internos.
• Después de unos días de relativa calma, a raíz de la intervención de las autoridades locales, volvieron a producirse matanzas. El 3 de noviembre, cuatro mujeres y dos niños hunde fueron asesinados a machetazos a manos de la milicia Nyatura. Las mujeres estaban recolectando alimentos a pocos kilómetros de la ciudad de Masisi y se dice fueron violadas antes de ser asesinadas.
• El 4 de noviembre, los miembros de la comunidad hunde llevaron los cuerpos de las víctimas al edificio de las autoridades locales de Masisi, exigiendo que su comunidad tuviera seguridad. 
• El 11 de noviembre, un hombre hutu fue asesinado por miembros de la milicia hunde FDC (Forces de Défense du Congo) en el pueblo de Ngote. Miembros de la FDC posteriormente incendiaron varias aldeas alrededor Buhabo, causando nuevos desplazamientos forzados. Miembros de la comunidad hutu más tarde llevaron el cuerpo al consejo Masisi, exigiendo que su comunidad fuera protegida, como se hizo una semana antes con la comunidad hunde.
• El 12 de noviembre, un grupo armado hutu respondió incendiando varios pueblos hunde en la ciudad de Masisi. Miles de personas han llegado a la ciudad de Masisi en busca de seguridad frente a la violencia. En el pueblo de Mashaki se hallaron cinco cadáveres, y una mujer y sus seis hijos siguen desaparecidos. Más tarde ese mismo día, varios pueblos hutu fueron incendiados.
• La mayoría de los desplazados internos en Kilimani aún no han regresado al campamento por temor a nuevas violencias y por los cortes en el suministro de alimentos desde el 30 de septiembre. Siguen viviendo en condiciones muy precarias, sin ninguna ayuda.
 
El JRS en Kivu Norte. El JRS comenzó a trabajar en Kivu Norte en 2008, en los campamentos de desplazados cerca de Goma. Tras el cierre repentino de los campamentos en septiembre de 2009, el JRS siguió junto a estas personas en sus lugares de origen y los de nuevos desplazamientos. El JRS trabaja actualmente en dos áreas de Kivu Norte: los distritos de Masisi y Mweso.
Masisi: Establecido en 2010, el JRS ha ampliado sus servicios a cinco campamentos oficiales y a otros campamentos de desplazados improvisados, ofreciendo educación formal e informal y asistencia de emergencia. Aparte de la construcción y rehabilitación de escuelas de secundaria, los equipos del JRS proporcionan
materiales educativos y formación de maestros en 84 escuelas de secundaria. Se presta especial atención a las necesidades de las mujeres. Así, este tipo de cursos de alfabetización y formación profesional se proporcionan a mujeres, muchas de las cuales han sido víctimas de violencia sexual. El tercer componente del proyecto es proporcionar ayuda personalizada a los ancianos y a personas con discapacidad. Cuando es necesario, el personal las deriva a otras agencias. Más recientemente, con la
creación de cinco campamentos no oficiales, el JRS ha comenzado a suministrar alimentos y lonas de plástico en tres de los campamentos donde la gente vive en la pobreza extrema.
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NOTA DE PREMSA: El Servei Jesuïta als Refugiats demana posar aquest col·lectiu al centre de les polítiques econòmiques

Coincidint amb la celebració del Dia Mundial del Refugiat (20 de juny) i en el marc de la cimera del G20, el Servei Jesuïta als Refugiats (SJR) demana als líders mundials que posin la cohesió social al centre de les seves decisions, i que no perdin de vista les necessitats de més de 45 milions d'immigrants desplaçats forçosament arreu del món.

Mantenir les necessitats humanitàries dels refugiats al centre de les seves polítiques és més important que mai en aquests moments de turbulències econòmiques. La recessió econòmica amenaça l'ajuda internacional essencial per a les persones desplaçades forçosament. A més, els refugiats han de lluitar encara més per a cobrir les seves necessitats. Lamentablement, és probable que es produeixin nous desplaçaments de poblacions empobrides ja que una conseqüència dels temps difícils és l'augment de la marginalització de les minories oprimides.

"Els migrants forçosos són exemples concrets del què passa a les societats que es veuen pressionades més enllà dels límits: conflicte, violacions dels drets humans, desplaçament... La cimera del G20 és una oportunitat per a portar a terme accions preventives, reduïr la inestabilitat econòmica promovent una protecció global als refugiats, millorar les possibilitats de guanyar-se la vida a les comunitats marginalitzades i enfortir sistemes de protecció social inclusius", afirma el director del SJR Internacional, el jesuïta Peter Balleis.

Enmig de la crisi econòmica, cal alimentar el fràgil valor de l'hospitalitat. Les cada vegada menors oportunitats econòmiques suposen una pedasa llosa sobre les sobrecarregades xarxes de suport social, cosa que alimenta la intolerància. Un exemple clar és l'èxit del populisme polític que posa una retòrica xenòfoba al centre del seu discurs. En lloc de descriure als refugiats com a valents supervivents que refan les seves vides en un entorn segur, els polítics ho canvien per etiquetes simplistes i falses, que demonitzen als refugiats com a mals socials. Aquesta constant deshumanització i hostilitat marginalitza encara més als refugiats.

"Les poblacions dels països d'acollida, en general, tenen poc contacte amb els refugiats o altres migrants forçosos. Les seves opinions són àmpliament modelades per líders polítics i de la societat civil. Si els governs assumeixen un enfoc més positiu cap a la migració forçosa, és probable que vegem l'inici d'un canvi de sentit en els actuals nivells d'hostilitat i exlcusió que pateixen els refugiats", afegeix Peter Balleis.

Tot i l'actual tendència, hi ha gent a tot el món que respòn individual i col·lectivament a les necessitats dels refugiats. Per exemple, davant la incapacitat del govern francès de donar allotjament als sol·licitats d'asil, els voluntaris del SJR a Paris han fet un pas endavant i els estan obrint casa seva. Apart d'oferir un servei necessari s'han forjat amistats i s'està enviant un missatge clar a la societat: els estrangers són benvinguts.

Actes semblants tenen lloc a Jordània, on els residents locals i els refugiats de l'Iraq estan ajudant als desplaçats siris. Exemples semblants d'hospitalitat des de la base els trobem a Congo, Kènia, Veneçuela i molts altres països. Una i altre vegada, veiem als refugiats i a les comunitats d'acollida oferint protecció, allotjament, menjar, medicament i, el més important, amistat. Aquests actes senzills tenen el poder de transformar situación difícils.

"El nostre missatge és simple: animar l'hospitalitat i la cooperació. L'hospitalitat és una porta que obre el camí a altres possibilitats, com l'accés als drets i serveis. Els refugiats tenen recursos humans, formació i energia. És important permetre que facin alguna cosa en pro de les seves noves comunitats. Els governs farien bé en seguir aquests exemples de solidaritat, en lloc de buscar solucions a curt termini, creant majors problemes per al futur", conclou Peter Balleis.

Font: Servei Jesuïta als Refugiats

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